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Ser mejor equivale a haber cambiado muchas veces. -Neil Gaiman

20 feb 2013

Cantos de Cifar


CantosDeCifar
0027
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LITERATURA NACIONAL

Me escribe Eufemia
que vuelva.
Yo le contesto: En tierra
repitiendo pisadas
abre caminos
el hombre.
Las aguas no tienen sendas.
                 El lago
      no guarda huellas.
(Poema: La carta, pág. 78)

Los “Cantos de Cifar y del Mar Dulce” es un libro de  poemas escrito por el nicaragüense Pablo Antonio Cuadra (PAC). Me reencontré hace poco con una vieja edición de bolsillo que he guardado durante mucho tiempo, creo que la compré -sin mal no recuerdo- entre 1981 y 1984. Esta edición fue impresa en los Talleres Litográficos de Gurdián, S.A. en enero 1979 y corresponde a la Tercera Edición Aumentada (la primera edición es de mayo de 1971).

Se trata de uno de los libros que todos los nicaragüenses debemos leer, no solo por el mero disfrute de buena poesía –en este caso- sino también para conocer mejor nuestra geografía y cultura. Los Cantos de Cifar y del Mar Dulce es un libro de poemas de esos que se disfrutan mejor si se leen secuencialmente, como si fuera una novela, ya que constituyen una unidad temática.

Los poemas incluidos en el libro recogen las vivencias de un grupo de pescadores que comparten el mismo escenario: nuestro Gran Lago de Nicaragua (Cocibolca), llamado también Mar Dulce –por los conquistadores españoles- debido a su extensión (el segundo lago de América Latina después del Lago Titicaca y el mayor de Centroamérica). Tiene en su interior más de 400 isletas, tres islas y dos volcanes, bello escenario donde el poeta –“que llevaba en el bolsillo una gastada edición de LA ODISEA”- vio llorar a los pescadores la muerte de Cifar, el marinero cuyo bote le sirvió de ataúd.

El libro, dicen los críticos, constituye una “epopeya. Una historia de agua contada en versos. Un poemario que huele a música. Los Cantos de Cifar y del Mar dulce son una de las obras más emblemáticas de la producción de Pablo Antonio Cuadra, quien logró poner en un mismo nivel al gran Odiseo con sus riquezas y al humilde Cifar, con sus redes en busca de peces de agua dulce... PAC exaltó las venturas y desventuras de un Cifar Guevara que no solo se enfrentó a los vaivenes antojadizos de las aguas, sino también a los designios del amor y de la vida”.

Según sus críticos, este libro cuenta con todo el argumento necesario para ser una novela. Pero su novedad se inscribe precisamente en la forma en que está contada la historia de este pescador que al final encuentra la muerte en el mar dulce, justo donde vivió feliz la mayor parte de su existencia dando paso al mito de ese pescador.” 

Algunos de estos poemas fueron posteriormente musicalizados por el cantautor nicaragüense Carlos Mejía Godoy. Algunos de ellos, como “El nacimiento de Cifar”, se pueden escuchar, otros se pueden ver en Internet:


SELECCIÓN DE POEMAS

EL NACIMIENTO DE CIFAR

Hay una isla en el playón
pequeña
como la mano de un dios indígena.
Ofrece frutas rojas
a los pájaros
y al náufrago
la dulce sombra de un árbol.
Allí nació Cifar, el navegante
Cuando a su madre
se le llegó su fecha, solitaria
remando a Zapatera.
Metió el bote en el remanso
Mientras giraban en las aguas
Tiburones y sábalos
Atraídos por la sangre.


EL MAESTRO DE TARCA (I)

     Sentado en la piedra del Águila
     el maestro de Tarca nos decía:

Es conveniente
     es recto
que el marinero
tenga cogidas
las cosas por su nombre.
      En el peligro
son las cosas sin nombre
       las que dañan.
  

LA DONCELLA

En la Isla del Güis
Lucía
        la matutina
es virgen.
Como una estrella
madruga.

Cuando se baña
mariposas blancas
la circundan.

Los sembradores
la buscan
para escoger
la semilla.

Es mano pura.

     Lucía es doncella
     y su mirada
     puede cambiar el viento
     de tu vela.

  
LA PARTIDA

Dijo la madre a Cifar;
     -¡Deja las aguas!
Sonó Cifar el caracol
y riéndose exclamó:
     -El Lago es aventura.
     -Prefieres, dijo ella
Lo temario a lo seguro.
    -Prefiero
lo extraño a lo conocido.
Izó Cifar los foques
y el solo ruido loco de palomas
           de la vela
lo llenó de alegría.
     -Madre: habla en tu lengua
         El techo estable, la casa,
         la mujer. (Dicen
        que las islas son tumbas de mujeres).
    El hombre es nave.
         -¡Es riesgo!, gritó ella.
Cifar sonrió; puso el arpa en la proa
y doblando el torso tiró de la cadena
     y levó el ancla.
           Otra vez un niño
salía del vientre de su madre
     al mundo...

  
EL MAESTRO DE TARCA (IV)

Dijo el maestro
        de Tarca:

Coge la cigarra
        del ala
        Al menos
llevas en la mano
        el canto.

  
EL MAESTRO DE TARCA (V)

Cuida tus pormenores.
        La Pepesca
el más pequeño
        pez
del lago
en ciertas aguas
enfurece
busca el culo del hombre
ágil se introduce
y sube
y sube
y devora
el corazón indefenso.

  
LA MUERTE DE ANSELMO

Arrojado por el viento
dió en las piedras
del Dientón oculto
y defondó la barca

                  Su grito
            perforó la noche

-¿Escuchas, Cifar, escuchas?
¿No es Anselmo?

(“Cuando te vas
-me lo dijeron-
Anselmo ancla en tu puerto
Duerme en tu lecho”)

... pasé de lejos...!




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